sábado, 29 de agosto de 2009

Poncebos - Bulnes - Collado Pandebano. 29/8/2009

Ayer recorrimos la famosa "ruta del Cares",espectacular,pero me pasé todo el recorrido mirando hacia los imponentes cortados de cientos de metros y las impresionantes canales que caen desde el mismo cielo, hacia las salvajes y azules aguas del Rio Cares.Así,que me preguntaba; ¿que se puede esconder tras esas gigantescas rocas,en ese mundo tan agreste y aparentemente impenetrable territorio?.Pues bien,empezaremos por subir a la bucólica y hasta hace poco incomunicada Villa de Bulnes,por el único camino posible y que tantas veces han recorrido los habitantes de esta localidad,desde Poncebos.
Nuestro contacto con la montaña es mínimo,por lo que internarnos  por estos parajes,nos parece toda una aventurilla.
Salimos temprano desde el termino de Poncebos,ahora no hay tantos coches como ayer,pero es que todavía es muy pronto.Desde la carretera,después de haber dejado atrás el desvío hacia el municipio de Sotres,nace un estrecho sendero que baja por unas escaleras hacia el Rio Cares,que cruzamos por el Puente de la Jaya.Enseguida,el sendero coge sentido ascendente por terreno mixto de tierra y roca y vamos dejando atrás el famoso Cares.
Caminamos unos metros por la izquierda hidrográfica del Rio Texu y unos metros más arriba lo volvemos a cruzar por el pequeño Puente del Jardu,para ganar la orilla opuesta.La temperatura es un poco fresca y el rocío de la noche aún se mantiene.Al poco tiempo nos encontramos con esta salamandra todavía aletargada.
   


Vamos ganando metros por un camino perfectamente esculpido en las verticales paredes que se desploman desde Las Peñas de Maín y sobre el Rio Texu,que en algunos puntos del recorrido,queda muy por debajo nuestro.Avanzamos totalmente ensimismados por el entorno.Dificil no volver la mirada atrás para observar el Pico Cabezo Lleroso.

A nuestra derecha,las paredes del Mullaron de Amuesa nos acompañaran hasta llegar al pueblo de Bulnes. 

Después de unos cuarenta minutos aproximadamente,dejamos atrás el camino sobre la domada roca y se vuelve más amable,discurriendo junto al Rio Texu.

Ahora por terreno totalmente llano,llegamos al Puente Colines,donde el cartel indicador nos indica la dirección hacia el Refugio de Cabrones.

Aprovechamos para hacer una breve parada e inmortalizar el momento.

Olga con su porte pasiego.

El talde.

Continuamos hacia delante y en apenas una hora,estamos en Bulnes,el pueblo más famoso de los Picos de Europa.Un pueblo que hasta el año 2001,su única vía de acceso,era el camino que hoy hemos recorrido hasta aquí desde Poncebos.Desde ese año cuenta con funicular que recorre un túnel de poco más de dos kms excavado en la caliza de peña Maín.


Un lugar perfecto para relajarse y tomar un cafelete.

Nos tomamos el amaiketako y continuamos hacia Collado Pandebano por el mismo trazado por el que subíamos,la llamada "Ruta de la Reconquista".El camino ahora no es tan vertiginoso y discurre bajo la sombra del arbolado.  

Poco a poco vamos y tras dejar atrás algunas majadas,vamos saliendo a zona más abierta...

...y las sensaciones se vuelven más indescriptibles.


Una mirada hacia atrás para observar el Murallón de Amuesa. 

Hemos llegado a Collado Pandebano,mucho que destacar desde aquí arriba,pero pocas palabras con las que se pueda describir la tranquilidad y la grandiosidad de todo lo que nos rodea.

Olga y yo estamos igual,satisfechos casi emocionados ante tal espectáculo natural.


Rápidamente la niebla se va disipando y el paisaje se va engrandeciendo.Mientras,"la pasiega" retrocede a sus orígenes.

Después de un buen rato y muy a nuestro pesar,iniciamos el camino de vuelta desandando nuestros pasos.

El sol aprieta,pero por esta perfecta sombra no molesta.Unos pocos metros más atrás nos hemos cruzado con los hermanos Pou.Hace un par de días leí que van a intentar abrir una nueva vía en el Picu urriellu.¡Mucha suerte!

Una vez de vuelta en Bulnes,nos acercamos al Barrio de Arriba o también llamado El Castillo.



Por un semi-oculto sendero,descendemos directamente desde el barrio superior hasta el Puente Colines. 




Descendemos sin prisa por la sombría canal por la que ya hay bastante más gente que cuando subíamos esta mañana,que no había nadie.


Una ultima mirada para observar el rocoso pasillo por el que descendia una lengua glaciar y que hoy hemos recorrido nosotros.


Y de nuevo,en la carretera donde empieza la transitada "ruta del Cares" hacia Caín,ponemos punto y final a esta pequeña excursión realizada por una pequeña puerta que da entrada a un autentico paraiso.La sensación que más clara nos a quedado con esta salida,es que algo a cambiado en nuestra vida.